jueves, 23 de mayo de 2013



Patrones, estereotipos y violencia de género en las escuelas de educación básica en México Elena Azaola Garrido.
Revista de Estudios de Género. La ventana, núm. 30, diciembre, 2009, pp. 7-45, Universidad de Guadalajara México

Se refiere a los hallazgos localizados en una investigación donde se aplicaron 26,319 cuestionarios, a niños y niñas de entre los diez y quince años de edad, de 395 escuelas públicas primarias y secundarias, representativas a nivel nacional, durante el periodo de 2007-2008.
                                                         

Los resultados de esta investigación destacan el manifiesto de la discriminación de género, donde el 66% de los investigados declaran haber obtenido por lo menos una agresión física durante los últimos dos años. De forma espontánea más del seis por ciento señalo que lo cambiarían de su escuela es que no hubiese tanta violencia. 
Los conceptos de violencia, género y maltrato así como discriminación son actitudes, comportamiento, estereotipos, prácticas y valores que colocan en desventaja a quien los sufre.

Entre los diversos resultados de este estudio se manifiesta que los golpes que reciben los hijos son de forma mayoritaria por parte de la Madre, sin embargo considerando que en su mayoría ella es la que se ocupa de la educación y cuidado de sus hijos, se puede generar una causalidad del actuar de ella. Golpean en general un ocho por ciento, más las madres que los padres a sus hijos.

Son similares las actividades entre niños y niñas, aunque se observan preferencias de deportes y matemáticas a los niños, y cantar, bailar y escribir cuentos a las niñas situación en la cual destacan además de la lectura.

Las niñas reciben mayor presión por parte de sus profesores con respecto al arreglo personal, en muchas ocasiones por cuestiones de la edad, como son pintarse los labios o las uñas y subir el largo de la falta, o el uso de aretes de mayor tamaño. Los niños que resaltan son aquellos que tienen comportamientos más afeminados.

Un dieciocho por ciento de los encuestados señala que fueron testigos de que algunos compañeros acorralaron a otros con la finalidad de tocar alguna de las partes física de algún compañero. Así como el 65% de los encuestados, señalan que les gustaría concluir estudios de licenciatura.

Un importante dato, es que el 71.7% de los niños presupone que cuando curse la licenciatura o hayan salido de ella, ya se habrán casado, cuestión diferenciadora con el 57.5% de las niñas, que confirma las aspiraciones de ellas hacia nivel licenciatura, lo que denota el ser más conversadores por parte de los niños, que las niñas.

El 30% de las niñas se visualizan como profesoras, con respecto a un 11.6% por parte de los niños. Un 16.5 de las niñas quieren ser médicas o dentistas contra un 8.3% de los niños; los otros oficios que se señalaron son bomberos, abogados, deportistas, ingenieros y albañiles o pintores.
Ligeramente mayor al cincuenta por ciento los niños encuestados considera que recibirá apoyo por parte de su padre para continuar estudiando, pero el 64% considera que la que más los apoyará es su madre, de quien creen espera más de ellas.

A pesar de que los grupos de trabajo son similares entre niños y niñas ya que se utiliza, el orden alfabético de la lista de asistencia, no así sucede a la hora del tiempo de receso, ya que es evidente la pelea por los espacios como canchas, ya que los niños no muestran interés por jugar con las niñas ni viceversa, lo que genera un conflicto por quién ganará cada día las mismas y que se resuelve con la intervención de profesores o siendo el primero en llevar la pelota al mismo.

El 31.6% por ciento de las niñas, considera que los compañeros de clase no las respetan.
En cambio en un porcentaje similar los niños, consideran que se llevan más pesados y deben de aguantar entre ellos.

Entre los golpes más comunes son las patadas, el jalón de cabellos, los empujones y los puñetazos como formas violetas de trato entre ellos.

Con respecto a alumnos de nivel secundaría se considera que un poco más del 30% hacen mucho relajo para cualquier actividad que se realiza.

Las jóvenes de género femenino señalan que tratan de enfrentar más a quien las acosa, consideración contraria al caso de los jóvenes, quienes mayormente prefieren quedarse callados.

Las niñas aceptan que discriminan a los niños que parecen ser afeminados. Los niños y las niñas señalaron que platican más con la madre que con el padre. Y que cuando realizan tareas las mujeres son las que trabajan más.

Conclusiones: como lo señala la investigadora, los resultados son similares a los localizados en estudios internacionales, recalca el conocer que son los hombres quienes consideran más el matrimonio que las mujeres, además de que la violencia por géneros en la niñez y juventud se recalca hacia los jalones de cabello en las mujeres y hacia las patadas en el caso de los niños. Relevante es conocer que casi tres partes de ellos, considera la posibilidad de continuar sus estudios a nivel Universitario.
















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